martes, 21 de agosto de 2012

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Cambiar el curso de las cosas, sólo para obtener otro destino. 
No me percaté que existía la mala suerte.

lunes, 25 de junio de 2012

No-Palabra

No muchos se ponen a pensar en esto, ya que si lo menciono siempre habrá una mirada extraña. Tampoco lo hago, de hecho, es algo que me es casi imposible de explicarlo -si es que alguna vez lo intenté- tal vez por el nombre que recibe este escrito. No puedo imaginarme algo y expresarlo siempre en palabras, a veces resulta tan difícil. No husmeo tampoco que otro lo comprenda, por eso lo guardo y queda íntimo en mi. Creo que no todo lleva un lenguaje concreto, es algo propio, inherente de la conciencia. Y ni siquiera nosotros mismos solemos entender lo que nos pasa.
Hablo de mi otro yo, que nadie conoce ni mucho menos yo. No estipulo hablar de destino, sino de quién impone el camino, está ubicado en mi, en vos, en todos y cada una de las almas vivientes.
Algo inexplicable que, muchas veces, pelea: conciente con inconsciente. Un otro yo, un super yo, o un simple alter ego, como deseen llamarlo.
¿Cómo se hace para explicar lo que se piensa, lo que se nos imagina en nuestra mente, en nuestro alma, en nuestro particular sentir? Cuando al momento de querer decirlo se desvanece.
Lo convincente es que puede ser, ya sea un dolor, un raciocinio, una idea vaga, un anhelo o un predecir/sentir. 
Muchas veces intuyo cosas que estoy segura luego transitan, y estoy convencida que a todos les pasa, pero no siempre acontece donde nosotros nos enteremos y conozcamos.
Aquí me refiero a lo que sucede con el efecto mariposa.
Y también, es un deseo de años. O cuando nos quedamos dormidos escuchando a alguien hablar.. Ya al final de sus palabras no logramos captarlo ni prestarle atención, y luego no lo recordamos, pero eso desde luego ingresó a nosotros, indudablemente quedó en otro lugar, en el que todo se debe hacinar y conservar, en nuestro otro yo, en esa otra parte de la conciencia que no es conciente, por lo menos en este momento, o cuando lo queremos traer al presente. Queda y saldrá cuando aún ya no querramos o no cavilemos que sea acertado. Quizá también surja en momentos inadecuados o sin entendimientos de su por qué.
¿Hay que tener cuidado con lo que uno piensa? Con frecuencia sí, porque todo se produce, no sabemos cuándo pero se realiza.
Nuestra mente es lo más poderoso, más que el dinero o la ambición a otro tipo de poder superficial. La mente es quién nos crea y nos da un nombre, somos lo que somos gracias a lo que nos convertimos -constantemente- y hemos estudiado.




martes, 19 de junio de 2012

El infinito del espejo


¿Qué sucedería si un simple espejo dispondría de memoria y guardara en y para sí todo tipo de cosas, colores, cuerpos, olores y sonidos que se le antepusieron?
¿Se convertiría en una fantástica máquina del tiempo memorable?
¿Qué se puede decir sobre él?
En ciertas oportunidades, se ha dicho que sólo lo consideran como un elemento que alimenta - o no - el ego. Desvalorizado de toda carga afectiva, como un simple pedazo de vidrio que refleja la apariencia de algo o alguien.
Con estas palabras es muy cómodo calificarlo, pero ¿será sólo eso?
Hace muchos años, se rumoreaba que en una casa grande, aislada de toda civilización - no se describía sitio alguno - podía observarse infinidades de espejos: tamaños y colores por doquier, y cada uno de ellos ofrecía siempre la misma figuración que se preponía, ciertas veces, deformada.
Uno en especial se encontraba semi oculto a un costado por debajo de una puerta ventana color pardo que comunicaba la habitación principal. El cual, en varias ocasiones, pasaba desapercibido para muchos de los que visitaban aquella vieja casona.
Este espejo contaba con una particularidad especial - que lo hacía único - ya que una persona al situarse frente a él por más de cuarenta y cinco segundos comenzaba a girar circularmente y el centelleo que brindaba se tornaba aún más pretencioso. Dejaba a un lado la estética, como los espejos tradicionales, y se podía ver cómo era este sujeto por dentro. Todas estas imposibilidades ausentes de representación física. Podía llamarse la conciencia.
¿Conciencia? Si, pues quienes han experimentado este suceso imaginario, aseguraron no volver a mirarlo (mirarse) y olvidarlo por completo; preferían una devolución más ficticia y superficial; acostumbrados a la función de los espejos restantes.
Con esto, se podría pensar sobre la existencia de cristales mágicos. Pero, ¿qué más se lograría aportar sobre su funcionalidad?  Más allá de que es posible gracias a un rayo de luz - artificial o natural - de lo contrario carecería de sentido.
Con una reflexión más profunda es considerado como efímero e infinito. Efímero porque puede revelar cierta idea con todos sus detalles impuestos y en un instante no hacerlo. Ese cuerpo se aleja de él evitando su contacto, observación..
Si, es también espectador este espejo, un fiel espectador, todo lo ve y guarda silencio, no se queja, pero a su vez es imprescindible, imposible alterar lo que se ve, imposible penetrarlo y evadirlo.
Más bien, todos los espejos del planeta, ¿reflejarían siempre lo mismo?
Esa sustancia viva que se ubica frente a él, ¿seguirá siendo lo que se veía en el espejo mientras no está presente? ¿Es real este destello?
¿Cómo se corrobora que esa percepción plasmada - susceptible de movilidad - es efectivo y no una vaga ilusión o idealización de lo que el espejo quiere manifestar?
Conclusión, abundantes pensamientos rodean al espejo, y lo más maravilloso es que un ingenuo elemento como ese, es, muchas veces, la única fuente de credibilidad de los aspectos de las cosas y lo que exhiben ser.
No sólo no discrimina, esté donde se esté ubicado, ya sea lejos o cerca, siempre está observándote.
Y diversos razonamientos convergerán después, por eso, ¿podría alguien vivir sin un espejo? ¿Soportaría la idea de su infinito? ¿Dónde se reflejaría si nunca hubiese sido creado?